5 cosas que las cafeterías podemos aprender de “The Bear”
Escrito por Mariana Gaxiola de @elchapucerocafe
“The Bear” es una serie de drama y comedia (a veces es lo mismo) original de FX que explora la vida de Carmy, un joven chef que vuelve a su natal Chicago para ser el líder del restaurante familiar. Pero lo que empieza como un local sencillo de sándwiches pronto evoluciona a una cocina de fine dining en búsqueda de una estrella Michelín...
La serie ha sido muy aclamada y galardonada, porque retrata de manera precisa la dinámica que se vive dentro de una cocina. Ya no les quiero spoilear más, de verdad tienen que ir a verla, ¡está en Disney Plus!
Ahorita mi esposo y yo estamos viendo la última temporada, y claro que la vemos con otros ojos: los ojos de emprendedores. Así que si tú también tienes un restaurante o una cafetería, o es tu sueño poner un negocio que pertenezca a la industria del servicio, te quiero compartir algunas lecciones que me ha dejado “The Bear”, y que pienso que a todos los baristas y emprendedores nos pueden ayudar a mejorar.
El “gracias” nunca está de más
Es muy común que en las cocinas los colaboradores se hablen con el título de “chef”, aunque su puesto no sea de cocinero. Y en el restaurante The Bear, pareciera que abusan un poco de la frase célebre de la serie: “thank you, chef”. A veces la dicen de mala gana, entre dientes, a veces sin sentirlo o cuando ni siquiera es necesario. Pero la dicen.
Y creo que eso es lo importante: mostrar apreciación por tu equipo siempre. Aunque estés estresado, aunque solo te pasaron una jarra, aunque ese día tu compañero te cayó mal. En una cocina y en una barra, el respeto y la cordialidad no son negociables. Niños, si están leyendo esto: ¡gracias! Los quiero y los aprecio muchísimo.
Trata a todos tus clientes como si fueran críticos Michelín
Ok voy a dar un pequeño spoiler… La tercera temporada termina con Carmy leyendo una reseña no tan favorable de su restaurante. Así que en la nueva temporada, el equipo hace hasta lo imposible para que esto no vuelva a pasar, y que la próxima vez que un foodie o crítico los visite, tenga una experiencia excepcional.
Lo malo es que estas personas suelen ir en incógnito. Usan nombres falsos en las reservaciones y van en grupo para que nadie sospeche que están ahí evaluando al restaurante. Entonces al equipo de The Bear no le queda de otra más que tratar a todos sus comensales como si fueran críticos de la guía Michelín. Y esto me encanta. Porque no importa de quién se trate, hacen todo lo que está en sus manos para ofrecer platillos perfectos y servicio inmaculado.
En la cafetería pasa lo mismo: toda persona que entra por la puerta debe ser tratada con la mejor hospitalidad. No importa si tiene millones de seguidores, si es pasaportista, si no sabe qué pedir. En el mundo del café todos somos parte de la misma comunidad.
Volver a lo simple es vital
Cuando recién inaugura The Bear, el chef Carmy cambiaba el menú todos los días para ser original y diferente y demostrar que podía hacer de todo. Ya se imaginarán lo que esto significaba en términos de preparación, compras, finanzas, mermas, emplatado, creatividad, memoria, etc. Así que un día, el encargado de la operación les dice que tienen que bajarle a su rollo pretencioso y tener un menú más simple y con pocos ingredientes. ¿Y adivinen qué? Fue lo mejor que les pudo pasar.
Creo que en las cafeterías pasa lo mismo. A veces queremos experimentar y meter muchas bebidas cada temporada. Y está bien, claro que jugar con diferentes sabores y métodos es muy importante en las barras; es lo que te diferencia y te mantiene relevante… Pero en ocasiones la gente solo quiere un café y ya. Sin complicaciones, sin procesos llamativos ni ingredientes exóticos. Y la verdad, es que en materia de costos y rotación de inventario, ¡es lo mejor que puedes hacer!
Cada segundo cuenta
Esta es una frase que está colgada en el restaurante para que todos la puedan ver constantemente. En lo personal me fascina. Mi versión de señora sería: “no dejes para mañana lo que puedes hacer hoy”.
No me malinterpreten; para nada soy partidaria de tener a tu equipo trabajando 24/7 ni dejarles tareas sin sentido. Los ratos libres son primordiales para tomar aliento. Sin embargo, yo siempre le digo a mis niños que “piensen en su yo del futuro”. No quieren estar haciendo jarabes en medio de un rush, ni lavando utensilios cuando se les junta una fila… Así que si tenemos un rato muerto, podemos adelantar preps incluso para nuestros compañeros del siguiente turno.
En mi caso, como dueña, yo aprovecho esos ratos para tomar fotos, subir contenido, salir a ver si todos los clientes están a gusto, limpiar espacios, pensar en siguientes estrategias, hacer cuentas, etc.
Los detalles importan, y mucho
Perdón pero voy a dar otro spoiler, ¡no me odien! En un episodio, el equipo de The Bear se entera de que entre los comensales hay una familia, y la hija estaba muy emocionada por ver la nieve de Chicago. Pero no es invierno… Así que se encargan de que caiga nieve en el patio del restaurante con unas máquinas que consiguen, y hasta les dan chocolatito caliente.
Creo que como profesionales del café nuestro trabajo va mucho más allá de solo servir una gran taza. Hoy por hoy, el poder de la escucha y las genuinas ganas de conectar con nuestros clientes es lo que hará que recuerden tu marca, que regresen a tu espacio, que recomienden tu lugar. Porque como dice Maya Angelou: “La gente olvidará lo que dijiste, pero nunca olvidará cómo los hiciste sentir”.